domingo, 16 de junio de 2013

Enséñanos a bendecir


Tus manos Jesús, son benditas.
Tus manos son bendición.
Tus manos extendidas, suplicantes,
protectoras, amigas, curativas,
llagadas, milagrosas y gloriosas.
Extendidas, como las alas del águila sobre su crías,
o como la gallina sobre sus polluelos,
como la nube en refrigerio,
como la madre en su regazo.

Enséñanos, Jesús, a bendecir
con nuestras manos, ojos, labios,
cuando nos santiguamos,
cuando partimos pan bendito,
cuando nos encontramos,
cuando sufrimos o trabajamos.
Enséñanos a bendecir
a los niños y enfermos, a los pobres,
a cuantos necesitan ser amados. Amén