domingo, 24 de enero de 2010

La fuerza del Espíritu invade

La fuerza del Espíritu, Señor, lo llena todo;
pero sobre todo invade a hombres y mujeres
que son capaces de hablar y hacer signos
que revelan tu presencia.

Gracias por llenar de silencio profundo
a quien han escuchado tu Palabra
y la proclaman desde el susurro.

Gracias por llenar de voz clamorosa
a quienes han sentido la urgencia
de pregonar tu mensaje
desde las terrazas y las plazas públicas.

Gracias por llenar de fuerza invencible
a quienes han sellado
con su compromiso de vida
una fidelidad inquebrantable
a las exigencias de tus palabras.

Gracias por llenar de futuro
a quienes han entendido
que el Reino es una tarea muy larga
y tiene la meta más allá de la otra orilla de cada día.

Gracias por llenar de ternura
a quienes son capaces de verte
donde hay hombres y mujeres que sufren,
que son humillados de cualquier forma.

Kairós. "Caminos de encuentro"

domingo, 17 de enero de 2010

¡Que sea yo buen vino, Señor!

Que ponga palabra oportuna
allá donde florezca el desconcierto
Que irradie música y alegría
en el brote y escenario de la tristeza y la angustia
QUE SEA YO BUEN VINO, SEÑOR
Que hable de Ti y de tus hazañas
aún en medio de incomprensiones y vacíos
Que lleve la esperanza y el optimismo
a un mundo que llora perdido
Que llene las tinajas de los corazones de las personas
con tu Palabra que todo lo colma y satisface
Que convierta el vinagre de muchas historias
en el dulce vino de tu fraternidad y de tu Evangelio
QUE SEA YO BUEN VINO, SEÑOR
Que, con María, también abra los ojos
y descubra los sufrimientos y la escasez
el fracaso y tanto aguafiestas
que abortan el espíritu festivo de la humanidad
el anhelo de fraternidad de este mundo.
QUE SEA YO BUEN VINO, SEÑOR
Y sepa darte gloria, por mis obras
Y sepa bendecirte, por tanto signo que realizas
Y sepa agradecerte, por tantos dones que regalas
Y sepa alabarte, por salir al encuentro del hombre
Gracias, Señor,
tu vino (el único, el mejor y el más auténtico)
alegra la mesa de toda nuestra vida.
Amén

Javier Leoz

domingo, 10 de enero de 2010

El Padre Nuestro de Dios para nosotros

Hijo mío que estás en la tierra
y te sientes preocupado, solitario y tentado.
Yo conozco perfectamente tu nombre
y lo pronuncio como santificado
porque te amo.
No, no estás solo, sino habitado por Mí,
y juntos construimos este reino
del que tú vas a ser el heredero.
Me gusta que hagas mi voluntad
porque mi voluntad es que tú seas feliz.
Ya que la gloria de Dios es que el ser humano pueda vivir plenamente,
cuenta siempre conmigo y tendrás el pan para hoy.
No te preocupes, sólo te pido que sepas
compartirlo con tus hermanos,
Sabes que perdono todas tus ofensas
antes incluso de que las cometas,
por eso te pido que hagas lo mismo
Con los que a ti te ofenden.
para que nunca caigas en tentación
tómate fuerte de mi mano
y yo te libraré del mal.
Querido hijo mío

Cáritas Española

miércoles, 6 de enero de 2010

Reyes Ejemplares

Reyes creyentes y generosos,
amigos del misterio y las estrellas,
voluntarios de Dios en el mundo de los niños,
portadores de ilusiones y regalos,
limpios de codicia y ansias de dominio,
hechos para sorprender y adivinar deseos,
amados y esperados, no faltéis a nuestra cita.
No perdamos la fe en los Reyes Magos,
porque si faltan vendrán otros reyes,
los de la política y el dinero,
reyes sin entrañas y sin sueños,
ambiciosos, insaciables, injustos,
faltos, seductores, caprichosos..



Queridos Reyes Magos: enseñadnos a creer,
en signos, palabras y personas,
enseñadnos a seguir el camino de la estrella,
enseñadnos a caminar y superar dificultades,
enseñadnos a regalar nuestro tiempo a los pequeños,
y a los enfermos, y a los que están solos,
enseñadnos a ver la imagen de Jesús en todos ellos,
enseñados a no ser conquistadores,
vuestro reino es humilde, hecho para el regalo,
enseñadnos a ser reflejos de Jesús,
a hablar del recién nacido en este mundo nuestro,
enseñadnos a enjugar lágrimas y regalar ternuras,
enseñadnos a ser amigos de Dios, y de los niños.

Cáritas Española

Y tu luz nos hace ver la luz (Salmo 35)

Tú eres, Jesús, nuestra estrella,
tú eres la estrella del mundo,
superestrella para los pobres.
los que sufren, los que sirven,
para todo el que te ama.
Ilumina nuestra vida, Jesús.
Vence las tinieblas de nuestro corazón
-“¡que no me puedan, Jesús, mis tinieblas!”-
ilumina nuestras tristezas y nuestras dudas,
cura nuestras cegueras y ofuscaciones,
enciende nuestras debilidades y depresiones.

Tú guiaste a los Magos
entre dudas y oscuridades,
mentiras y dificultades,
hasta encontrar la verdad,
lo que sus corazones buscaban,
hasta encontrarte a ti,
sol de sus vidas.
Ilumina también a todo el que te busca,
aunque no te conozca todavía,
a todo el que lucha por tu causa,
y lee tus signos, y trabaja tu terreno.
Ilumina asimismo al que vive sin luz,
sin esperanza y sin sentido.
Ilumina a todo el que sufre.
Necesitamos luz, mucha luz, tu luz.
Multiplica, Jesús, tus estrellas.
Que en tu luz veamos luz,
que miremos con tu luz,
que vivamos en tu luz,
que en tu luz seamos luz.

Cáritas Española

Antigua bendición celta para el año nuevo

Que la gracia de Dios descanse sobre ti,
que la gracia del amor descanse sobre ti,
que la gracia de la casa descanse sobre ti,
que la gracia del hogar descanse sobre ti.
Que la gracia y la dignidad de tu fe descansen sobre ti.

Que la guarda del Dios de la vida te acompañe,
que la guarda del Cristo del Amor te acompañe,
que la guarda del Espíritu Santo te acompañe.
Que Dios te dé su cariño,
que Dios te sostenga,
que Dios te rodee.
Los tres sobre tu cabeza,
los tres sobre tu corazón,
los tres sobre tu cuerpo.

Que pases cada noche y cada día
en el abrazo de los tres.
Todos los días de tu vida
y para siempre. Amen

viernes, 1 de enero de 2010

Oración de Fin y Principio de Año

Señor Dios, dueño del tiempo y de la eternidad,
tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro.
Al terminar este año quiero darte gracias
por todo aquello que he recibido de Ti.

Gracias por la vida y el amor,
por las flores, el aire y el sol, por la alegría y el dolor,
por cuanto fue posible y por lo que no pudo ser.

Te ofrezco cuanto hice en este año,
el trabajo que pude realizar,
las cosas que pasaron por mis manos
y lo que con ellas pude construir.

Te presento a las personas que a lo largo de estos meses amé,
las amistades nuevas y los antiguos amores...,
los más cercanos y los que están más lejos,
los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar
con los que compartí la vida, el trabajo, el dolor y la alegría.

Pero también, Señor, hoy quiero pedirte perdón,
perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal gastado,
por la palabra inútil y el amor desperdiciado.

Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho,
por todos mis olvidos, descuidos y silencios
y perdón por vivir sin entusiasmo.

Comienza un nuevo año,
por eso detengo mi vida ante el calendario aún sin estrenar
y te presento estos días que sólo Tú sabes si llegaré a vivirlos.

Hoy te pido para mí y los míos, la paz y la alegría,
la fuerza y la prudencia, la claridad y la sabiduría.

Quiero vivir cada día con optimismo y bondad
llevando a todas partes un corazón lleno de comprensión y de paz.

Cierra Tú mis oídos a toda falsedad
y mis labios a las palabras mentirosas,
egoístas, mordaces o hirientes.

Abre en cambio mi corazón, a todo lo que es bueno,
que mi espíritu se llene sólo de buenos sentimientos
y que a mi paso las derrame.

Dame bondad y alegría para que cuantos
conviven conmigo o se acerquen a mí,
encuentren en mi vida un poquito de Ti.

Danos un Feliz Año
y enséñanos a repartir felicidad.
Amén.