sábado, 31 de diciembre de 2011

Oración para Nochevieja

Señor, antes de entrar en el bullicio y el aturdimiento del fin de año, quiero esta tarde encontrarme contigo despacio y con calma.

Son pocas las veces que lo hago.
Tú sabes que ya no acierto a rezar.
He olvidado aquellas oraciones que me enseñaron de niño y no he aprendido a hablar contigo de otra manera más viva y concreta.

Señor, en realidad, ya no sé muy bien si creo en Ti.
Han pasado tantas cosas estos años.
Ha cambiado tanto la vida y he envejecido tanto por dentro.
Yo quisiera sentirte más vivo y más cercano.
Me ayudaría a creer.
Pero me resulta todo tan difícil...

Y sin embargo, Señor, yo te necesito. A veces me siento muy mal dentro de mí.

Van pasando los años y siento el desgaste de la vida. Por fuera todo parece funcionar bien: el trabajo, la familia, los hijos. Cualquiera me envidiaría. Pero yo no me siento bien.

Ya ha pasado un año más. Esta noche comenzaremos un año nuevo, pero yo sé que todo seguirá igual. Los mismos problemas, las mismas preocupaciones, los mismos trabajos. Y así, ¿hasta cuándo?

Cuánto desearía poder renovar mi vida desde dentro. Encontrar en mí una alegría nueva, una fuerza diferente para vivir cada día. Cambiar, ser mejor conmigo mismo y con todos.

Pero a mi edad no se pueden esperar grandes cambios. Estoy ya demasiado acostumbrado a un estilo de vida. Ni yo mismo creo demasiado en mi transformación.

Por otra parte, Tú sabes cómo me dejo arrastrar por la agitación de cada día. Tal vez por eso no me encuentro casi nunca contigo. Tú estás dentro de mí y yo ando casi siempre fuera de mí mismo. Tú estás conmigo y yo ando perdido en mil cosas.

Si al menos te sintiera como mi mejor Amigo. A veces pienso que eso lo cambiaría todo. Qué alegría si yo no te tuviera esa especie de temor que no sé de dónde brota pero que me distancia tanto de Ti.

Señor, graba bien en mi corazón que Tú hacia mí sólo puedes sentir amor y ternura. Recuérdame desde dentro que Tú me aceptas tal como soy, con mi mediocridad y mi pecado, y que me quieres incluso aunque no cambie.

Señor, se me va pasando la vida y, a veces, pienso que mi gran pecado es no terminar de creer en Ti y en tu amor. Por eso, esta noche yo no te pido cosas. Sólo que despiertes mi fe lo suficiente para creer que Tú estás siempre cerca y me acompañas

Que a lo largo de este año nuevo no me aleje mucho de Ti.

Que sepa encontrarte en mis sufrimientos y mis alegrías.

Entonces tal vez cambiaré.

Será un Año Nuevo


viernes, 30 de diciembre de 2011

Para terminar el año con paz

Diez peticiones de semejanza con Jesús

Jesús haz mi corazón semejante al tuyo:
  • Hazlo limpio, como el tuyo, para que pueda verte.
  • Hazlo humilde, como el tuyo, para que pueda servirte.
  • Hazlo paciente, como el tuyo, para que pueda padecer contigo.
  • Hazlo misericordioso, como el tuyo, para que pueda padecer con los hermanos.
  • Hazlo generoso, como el tuyo, para que aprenda a dar.
  • Hazlo confiado, como el tuyo, para que aprenda a ser niño.
  • Hazlo alegre, como el tuyo, para que sepa consolar.
  • Hazlo fuerte, como el tuyo, para que pueda luchar y resistir.
  • Hazlo encendido, como el tuyo, para que pueda superar la noche y el frío.
  • Hazlo grande, como el tuyo, para que pueda amar.

Cáritas

lunes, 5 de diciembre de 2011

Esperanza nuestra

Qué fácil es esperar
cuando la esperanza es cierta.
Quiero esperarte despierta
pues sé que no tardarás.
Sé, Jesús, que vienes ya,
sé que siempre estás viniendo;
gracias por tantos momentos
en que te siento llegar.
Y cada vez que tú llegas,
cuando siento que Tú estás,
luego crece otra esperanza:
Ven. Señor, no tardes, más.

Esperar
es la fuerza en el camino,
    la luz en la oscuridad,
es crear en nuestro barro
    espacios de eternidad.

Esperar
es saber
    que cuando empieza algo bueno
eso ya no morirá.

Esperar
es dejarte poseer
    por las ganas de luchar,
               de vivir
               y de sembrar.

Esperar
es sembrar en cada surco
    simiente de eternidad
y saber que la cosecha
    alguien la recogerá.

Esperar
es dejarte poseer
    aquí por la eternidad.

Cáritas

martes, 29 de noviembre de 2011

Venga el día

Venga el día, Señor,
en que nuestra miseria
encuentre misericordia.
Venga el día, Señor,
en que nuestra pobreza
encuentre tu riqueza.
Venga el día, Señor,
en que nuestra senda
encuentre el camino de tu casa.
Venga el día, Señor,
en que nuestras lágrimas
encuentren tu sonrisa.
Bendito seas, Padre,
por aquel día
en que nuestros ojos verán tu rostro.

Thierry Maertens

domingo, 27 de noviembre de 2011

Oración para el Adviento

Ven, Señor Jesús, te necesitamos,
haznos sentir tu presencia, refuerza nuestra fe.
Tú conoces nuestra debilidad,
nuestros miedos y complejos.
Dinos que viniste, que vienes y que vendrás,
que sigues siendo luz, palabra viva, pan partido,
que eres fuerza liberadora, amor que sostiene el mundo…

Ven, Señor Jesús, y ayúdanos a descubrirte vivo.
Sales fielmente a nuestro encuentro,
pero no siempre te reconocemos.
Sin embargo, sabemos que Tú ahora
te vistes de inmigrante o transeúnte,
de enfermo, de niño o de anciano sin cariño.
Tú te haces presente
en cada víctima de cualquier injusticia,
Señor, ¡ábrenos los ojos de la fe,
para que podamos reconocerte!

Ven, Señor Jesús, y transforma nuestros corazones.
Haznos signo vivo de tu presencia,
testigos tuyos en este mundo que tanto te necesita.
Que siempre nos atrevamos
a proclamar tu palabra que consuela,
a prestarte nuestras manos para la justicia,
a compartir y prolongar tu amor que libera.
Por la fuerza de tu Espíritu, ¡ven, Señor Jesús,
y siembra tu esperanza en nuestros corazones!

Tomado de http://sanvicentemartirdeabando.org

domingo, 13 de noviembre de 2011

Esto te decimos, Dios, amigo nuestro

Dios, amigo, nuestro, así te decimos:

Danos entusiasmo para buscar
la verdad donde se encuentre.
Danos resignación para aceptar
nuestras propias limitaciones.
Danos coraje para luchar
cuando todo nos salga mal.
Danos lucidez para admitir la verdad,
sin que nadie nos la imponga.
Danos fuerza para preferir lo difícil a lo fácil.
Danos valor para rechazar
lo vulgar y lo rastrero.
Danos valentía para luchar
contra nuestra apatía y desgana.
Esto te decimos, Dios, amigo nuestro.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Lo que quiero ser

Quiero ser pastor,
que vele por los suyos;
árbol frondoso
que de sombra
al cansado;
fuente donde
beba el sediento.
Quiero ser canción
que inunde los silencios
coro que descubra
horizontes remotos;
poema que deshiele
un corazón frío;
papel donde se pueda
escribir una historia.

Quiero ser risa en los
espacios tristes,
y semilla que prende
en el terreno yermo.
Ser carta de amor para el solitario,
y grito fuerte para el sordo...

Pastor, árbol o fuente,
canción, libro o poema...
Papel, risa, grito, carta, semilla...
Lo que Tú quieras, lo que Tú pidas,
lo que Tú sueñes, Señor...
eso quiero ser.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Como al principio

Cómo estabas Tú al principio,
cuando este mundo surgió,
vela sobre mi cada día.

Cómo estabas Tú al principio,
cuando comenzó mi camino,
acompáñame en cada paso.

Cómo estabas Tú al principio,
cuando formaste mi alma,
sostenme en tus manos
hasta el final.

Oración irlandesa

domingo, 6 de noviembre de 2011

Sólo Tú

Porque nuestros proyectos se desmoronan y fracasan
y el éxito no nos llena como ansiamos.
Porque el amor más grande deja huecos de soledad,
porque nuestras miradas no rompen barreras,
porque queriendo amar nos herimos,
porque chocamos continuamente con nuestra fragilidad,
porque nuestras utopías son de cartón
y nuestros sueños se evaporan al despertar.
Porque nuestra salud descubre mentiras de omnipotencia
y la muerte es una pregunta que no sabemos responder.
Porque el dolor es un amargo compañero
y la tristeza una sombra en la oscuridad.
Porque esta sed no encuentra fuente
y nos engañamos con tragos de sal.

Al fin, en la raíz, en lo hondo, sólo quedas Tú.
Sólo tu Sueño me deja abrir los ojos,
sólo tu Mirada acaricia mi ser,
sólo tu Amor me deja sereno,
sólo en Ti mi debilidad descansa
y sólo ante Ti la muerte se rinde.
Sólo Tú, mi roca y mi descanso.

Javi Montes SJ (tomado de PastoralSJ.org)

sábado, 8 de octubre de 2011

Bendición

Te deseo
la duzura de las flores
y la sabiduría de las estrellas.

Te deseo
el silencio de los bosques
y la quietud de los desiertos.

Te deseo
la alegría del recuerdo
y la certeza de
haber sabido aportar a tu vida
profundidad y sentido.

Adalbert Ludwig Balling

martes, 20 de septiembre de 2011

Hora de la tarde

Hora de la tarde,
fin de las labores.
Amo de las viñas,
paga los trabajos
de tus viñadores.
Al romper el día,
nos apalabraste.
Cuidamos tu viña
del alba a la tarde.
Ahora que nos pagas,
nos lo das de balde,
que a jornal de gloria
no hay trabajo grande.
Das al vespertino
lo que al mañanero.
Son tuyas las horas
y tuyo el viñedo.
A lo que sembramos
dale crecimiento.
Tú que eres la viña,
cuida los sarmientos.

Liturgia de las Horas

domingo, 11 de septiembre de 2011

Agua de Cristo, lávame

Agua de Cristo, lávame,
limpia mi mente y mi corazón,
limpia todo mi ser.

Espíritu de Cristo, renuévame,
purifícame con tu fuego,
quema toda mi hojarasca y mi basura,
transfórmame con tu llama,
que resplandezca en el amor.

Espíritu de Cristo recréame
con tu soplo vivificante,
haz de mí una criatura nueva,
embellecida por el agua y por la sangre.
Lléname de la vida de Cristo,
Graba en mí la imagen de Cristo.

Espíritu de Cristo, santifícame,
úngeme con tu perfume,
respire yo tu aliento,
regálame tus dones,
lléname de Dios.

Cáritas

jueves, 25 de agosto de 2011

Estar de camino

Señor, abre a aquellos que están viajando
los ojos a la belleza del mundo.
Condúcelos sanos y salvos a su meta.
Hazlos agradecidos por todo lo bello
que puedan vivir en su viaje.
Que estén siempre contentos.
Mantén sus ojos y oídos abiertos
a todo lo feliz y luminoso.
Dales compresión para lo
que puedan conocer fuera de su patria.
Que su corazón se mantenga abierto
a la angustia y el dolor.
Que puedan reconocer
que todos estamos de camino.
Somos peregrinos
siempre de camino hacia Ti, O Señor.

Jürgen Benisch

Sólo Él acompaña

Sólo ÉL acompaña,
EL que recorre todos los caminos,
porque es el camino
de los caminos.

ÉL conoce
tus caminos
incluso antes de que tú
los hayas recorrido.

Elmar Gruber

lunes, 15 de agosto de 2011

Me gusta cuando te ríes - La Theotokos se encariña con su Hijo

Me gusta sentirme madre.
Me gusta sentirte mío.
Me gusta cuando me miras.
Me gustas cuando te miro.

Lo que más de ti me gusta,
lo que más de ti yo ansío.
Lo que le pido a la vida,
lo que a Dios yo le suplico.

Que no nos separe nada,
ni la muerte ni el destino;
que no se rompan los lazos
de tu corazón y el mío.

Me gustas cuando te ríes
y crea tu risa un río
donde naufragan mis penas
y rema tu poderío.

Me gusta cuando te caes
entre mis brazos vencido.
Me gusta ver tu silencio
en mi regazo dormido.

Me gusta cuando me dices
cosas que son sin sentido;
senderos que son cadenas
desde tu boca a mi oído.

Me gustas porque te tengo,
y te abrazo y te bendigo.
Porque eres mi Dios me gustas,
y más me gustas por mi hijo.

"Me gustas porque me gustas"
le dice la flor al lirio.
Repite el viento a la brisa,
y la brisa a mis suspiros.

Francisco Contreras Molina

sábado, 16 de julio de 2011

Solo en tu mirada encuentro el perdón

Porque tú no me juzgas, no me rechazas, ni me exiges nada....
Sólo me esperas a la puerta, para que cuando regrese,
siempre la encuentre abierta...

Jesús, sólo en tu mirada encuentro el perdón...
porque sólo el que ama y recibe al otro,
perdona de verdad...
Y Tú me aceptas y me quieres tal como soy...

Jesús, sólo en tu mirada encuentro el perdón...
y en ella sana la herida de mi alma...
porque tus ojos cicatrizan las huellas de mis culpas y debilidades...

Jesús, sólo en tu mirada encuentro el perdón...
porque te colocas junto a mí,
justo a mis heridas, junto a mi dolor....

Jesús, sólo en tu mirada encuentro amor, compasión...
calor que quema y apaga mi culpa y mi dolor...
 
Jesús, sólo en tu mirada encuentro el perdón...
palabra de aliento,
caricia de brisa suave,
abrazo de comprensión...
 
Jesús, tu mirada me libera
del peso de mi culpabilidad,
de la condena de mis faltas,
del rechazo de mis maldades...
 
Jesús, tu mirada me purifica
y tu corazón me santifica y me sana...
 
¡Jesús, sólo en tu mirada encuentro el perdón...!

sábado, 2 de julio de 2011

Echa las redes

Desde que Tú te fuiste
no hemos pescado nada.
Llevamos veinte siglos
echando inútilmente
las redes de la vida,
y entre sus mallas
sólo pescamos el vacío.
Vamos quemando horas
y el alma sigue seca.
Nos hemos vuelto estériles
lo mismo que una tierra
cubierta de cemento.
¿Estaremos ya muertos?
¿Desde hace cuántos años no nos hemos reído?
¿Quién recuerda la última vez que amamos?


Y una tarde Tú vuelves y nos dices:
«Echa la red a tu derecha,
atrévete de nuevo a confiar,
abre tu alma,
saca del viejo cofre
las nuevas ilusiones,
dale cuerda al corazón,
levántate y camina».
Y lo hacemos sólo por darte gusto.
Y, de repente, nuestras redes rebosan alegría,
nos resucita el gozo
y es tanto el peso de amor
que recogemos
que la red se nos rompe cargada
de ciento cincuenta esperanzas.
¡Ah, Tú, fecundador de almas:
llégate a nuestra orilla,
camina sobre el agua
de nuestra indiferencia,
devuélvenos, Señor, a tu alegría.

José Luis Martín Descalzo

jueves, 30 de junio de 2011

La Queja de Jesús

Me llamas Maestro
    y con todo no me preguntas.
Me llamas Luz
    y no me ves.
Me llamas verdad
    y no me crees.
Me llamas camino
    y no vas por él.
Dices que soy hermoso
    y no me amas.
Dices que soy rico
    y no me pides.
Dices que soy eterno
    y no me buscas.
Dices que soy misericordioso
    y no confías en mí.
Dices que soy noble
    y no me sirves.
Dices que soy omnipotente
    y no me honras.
Dices que soy justo
    y no me temes.
Señor, enséñame a conocerte,
    amarte y servirte.

lunes, 6 de junio de 2011

Te elevas

Te elevas, Jesús,
hacia el Padre;
contigo asciende la condición humana,
pero ahora con trofeos que son llagas.

Subes glorioso, imantado,
pero miras a los tuyos,
más allá de los lugares y los tiempos,
y haces llover tus lágrimas,
y las llagas vierten sangre y agua
sobre todas las campiñas y desiertos
de los corazones humanos y sus pueblos.

Te elevas, Señor, y nos miras con ternura,
imágenes somos de tu Padre.

Y nos marcas los caminos de tu viaje:
por la senda del amor y del dolor
bajaste a nuestro infierno;
por la senda del amor y al esperanza
vas subiendo hasta el cielo.

Cáritas

jueves, 26 de mayo de 2011

Incontables caminos

Señor, Tú tienes incontables caminos
por los que haces posible,
lo que parece imposible.

Ayer aún no había nada visible;
hoy no mucho;
pero mañana todo estará perfecto,
y solamente entonces podremos comprobar,
mirando hacia atrás, como desapercibidamente
creas,
lo que con mucho ruido
nosotros no hemos sido capaces de construir.

Jeremias Gottheif

sábado, 14 de mayo de 2011

Risa y llanto

Risa y llanto
están tan juntos.
Alegría y dolor
son parientes cercanos.

Nada permanece como es,
en el saludo
ya aparece la despedida,
nacer
significa morir

Sin embargo la noche es más negra
cuánto más cerca
está del amanecer
La oscuridad será
devorada por la luz.
La muerte se retira
ante la vida.

Porque los que sembraron entre lágrimas
cosecharán entre risas

Gerhard Eberts

miércoles, 13 de abril de 2011

Aprender a creer

En mi silencio ante Ti, Señor,
quiero aprender a creer.
No me debes ninguna respuesta
¿Cómo podría atreverme
a quejarme de ti,
a cuestionarte
sobre las cosas y los caminos
que hoy
tampoco son tan importantes?

Dirige mi mirada en la fe
a la realidad
planeada por Tí
lejos de mis ilusiones
mis sueños e ideas
lejos de mi misma
y mis preocupaciones.

Marianne Kawohl

Ascesis

Ascesis significa ser libre de todo,
especialmente de uno mismo.

Ascesis significa, encontrar otros caminos diferentes al de la mínima resistencia,
que el mundo nos sugiere.

Ascesis es la renuncia consciente
o la tranquila aceptación de una carencia,
Y eso es hoy en día aconsejable a todos,
para que la vida sea más intensa y verdadera

P. Henri Boulad, S.J.

sábado, 19 de marzo de 2011

A buscar caminos

Afuera - A buscar caminos

cuando estaba cansada
comencé
a cantar

me sentía sola
y busqué conversación
Contigo

estaba triste
y dejé mis lágrimas
corrieran

me encontraba sin fuerzas
y encendí
una vela

cuando estaba ya
desesperada
me puse
a rezar.

Franziska Plum

domingo, 13 de marzo de 2011

Dicen que se ve distinto

Dicen por ahí
que si hay Dios esta lejos
que el amor no funciona,
que la paz es un sueño
que la guerra es eterna,
y que el fuerte es el dueño
que silencia al cobarde
y domina al pequeño

Pero un ángel ha dicho
que esta cerca de mi
quien cambia todo esto,
tan frágil y tan grande,
tan débil y tan nuestro.

Dicen que está en las calles,
que hay que reconocerlo
en esta misma carne,
desnudo como un verso,
que quien llega a encontrarlo
ve desvanecerse el miedo,
ve que se secan las lagrimas
ve nueva vida en lo yermo.
Dicen por ahí
que si hay Dios esta lejos,
pero tu y yo sabemos,
que esta cerca, en tu hermano,
… y esta en ti muy adentro.

José María R. Olaizola sj

domingo, 6 de marzo de 2011

Concreción

- ¿Qué puedo hacer para salvar el mundo?
- Nada; tan poco como para que salga el sol
- ¿Para qué, entonces, todas las obras y oraciones?
- Para estar en vela cuando el Sol salga.

Klaus Berger

sábado, 5 de marzo de 2011

Desde que mi voluntad

Desde que mi voluntad
está a la vuestra rendida,
conozco yo la medida
de la mejor libertad.
Venid, Señor, y tomad
las riendas de mi albedrío;
de vuestra mano me fío
y a vuestra mano me entrego,
que es poco lo que me niego
si yo soy vuestro y vos mío.

A fuerza de amor humano
me abraso en amor divino.
La santidad es camino
que va de mí hacia mi hermano.
Me di sin tender la mano
para cobrar el favor;
me di en salud y en dolor
a todos, y de tal suerte
que me ha encontrado la muerte
sin nada más que el amor. Amén.

José Luis Blanco Vega sj

lunes, 28 de febrero de 2011

Letanía

Enséñame cómo se va a ese país
que está más allá de toda palabra y de todo nombre.
Enséñame a orar a este lado de la frontera,
aquí donde se encuentran estos bosques.
Necesito que tú me guíes.
Necesito que tú muevas mi corazón.
Necesito que mi alma se purifique
por medio de tu oración.
Necesito que robustezcas mi voluntad.
Necesito que salves y transformes el mundo.
Te necesito a ti para todos cuantos sufren,
para todos cuantos padecen prisión,
peligro o tribulación.
Te necesito para todos cuantos han enloquecido.
Necesito que tus manos sanadoras
no dejen de actuar en mi vida.
Necesito que hagas de mí,
como hiciste de tu Hijo,
un sanador, un consolador, un salvador.
Necesito que des nombre a los muertos.
Necesito que ayudes a los moribundos a cruzar el río.
Te necesito para mí, tanto si vivo como si muero.
Es preciso. Amén.

Thomas Merton

domingo, 20 de febrero de 2011

Si el amor nos hiciera

Si el amor nos hiciera poner
hombro con hombro,
fatiga con fatiga
y lágrima con lágrima.
Si nos hiciéramos unos.
Unos con otros.
Unos junto a otros.
Por encima del oro y de la nieve,
aún más allá del oro y de la espada.
Si hiciéramos un bloque sin fisura
con los seis mil millones
de rojos corazones que nos laten...
¡qué hermosa arquitectura
se alzaría del lodo!

Angela Figuera Aymerich
http://www.pastoralsj.org

Hiere la miseria de mi corazón

Mi oración, Dios mío, es ésta:
Hiere, hiere la raíz de la miseria de mi corazón.
Dame fuerza para llevar ligero mis alegrías y mis pesares.
Dame fuerza para que mi amor dé frutos útiles.
Dame fuerza para no renegar nunca del pobre,
ni doblar la rodilla al poder del insolente.
Dame fuerza para levantar mi pensamiento
sobre la pequeñez cotidiana.
Dame, en fin, fuerza para rendir mi fuerza,
enamorada, a tu voluntad.

R. Tagore

domingo, 6 de febrero de 2011

Todo mi ser canta al Señor

Todo mi ser canta al Señor.
Canto y me estremezco de alegría.
No lo disimulo.
Ya no tengo miedo.
Soy feliz, Señor.
¡Tú me has salvado!
El Señor hace morir y hace vivir,
Es dueño de la muerte y de la vida.
Hace que el pobre se haga rico
y que el aplastado se levante.
Levanta al pobre del polvo y aleja del mendigo la pena,
le devuelve la confianza de ser un hombre
entre los demás hombres
y le restituye su dignidad.

F. Chalet

Tarde Te amé

¡Tarde te amé,
hermosura tan antigua y tan nueva,
tarde te amé!

Tú estabas dentro de mi,
yo, fuera.
Por fuera te buscaba
y me lanzaba sobre el bien y la belleza
creados por Ti.

Tú estabas conmigo
y yo no estaba contigo
ni conmigo.
Me retenían lejos las cosas.
No te veía ni te sentía,
ni te echaba de menos.
Mostraste tu resplandor
y pusiste en fuga mi ceguera.
Exhalaste tu perfume,
y respiré,
y suspiro por Ti.
Gusté de Ti,
y siento hambre y sed.
Me tocaste,
y me abraso en tu paz

Adapt. de S. Agustín

domingo, 16 de enero de 2011

Tu nombre, Dios

Dios,
el nombre con el que te invocamos
está como muerto y casi no tiene ya significado,
vacío y caduco
como cualquier palabra humana.
Te pedimos
que vuelva a tener fuerza
como un nombre lleno de promesas,
como palabra viva
por la que sabemos
que tú serás para nosotros
el que eres:
digno de confianza, escondido,
aunque muy cercano
ahora y en la eternidad.

Huub Oosterhuis

jueves, 13 de enero de 2011

Lejos estás, padre mío

Lejos estás, padre mío, allá en tu reino de las sombras.
Mira a tu hijo, oscuro en esta tiniebla huérfana,
lejos de la benévola luz de tus ojos continuos.
Allí nací, crecí; de aquella luz pura
tomé vida, y aquel fulgor sereno
se embebió en esta forma, que todavía despide,
como un eco apagado, tu luz resplandeciente.

Bajo la frente poderosa, mundo entero de vida,
mente completa que un humano alcanzara,
sentí la sombra que protegió mi infancia. Leve, leve,
resbaló así la niñez como alígero pie sobre una hierba noble,
y si besé a los pájaros, si pude posar mis labios
sobre tantas alas fugaces que una aurora empujara,
fue por ti, por tus benévolos ojos que presidieron mi nacimiento
y fueron como brazos que por encima de mi testa cernían
la luz, la luz tranquila, no heridora a mis ojos de niño.

Alto, padre, como una montaña que pudiera inclinarse,
que pudiera vencerse sobre mi propia frente descuidada
y besarme tan luminosamente, tan silenciosa y puramente
como la luz que pasa por las crestas radiantes
donde reina el azul de los cielos purísimos.

Por tu pecho bajaba una cascada luminosa de bondad, que tocaba
luego mi rostro y bañaba mi cuerpo aún infantil, que emergí
de tu fuerza tranquila como desnudo, reciente,
nacido cada día de ti, porque tú fuiste padre
diario, y cada día yo nací de tu pecho, exhalado
de tu amor, como acaso mensaje de tu seno purísimo.
Porque yo nací entero cada día, entero y tierno siempre,
y débil y gozoso cada día hollé naciendo
la hierba misma intacta: pisé leve, estrené brisas,
henchí también mi seno, y miré el mundo
y lo vi bueno. Bueno tú, padre mío, mundo frío, tú sólo.

Hasta la orilla del mar condujiste mi mano.
Benévolo y potente tú como un bosque en la orilla,
yo sentí mis espaldas guardadas contra el viento estrellado.
Pude sumergir mi cuerpo reciente cada aurora en la espuma;
y besar a la mar candorosa en el día,
siempre olvidada, siempre, de su noche de lutos.

Padre, tú me besaste con labios de azul sereno.
Limpios de nubes veía yo tus ojos,
aunque a veces un velo de tristeza eclipsaba a mi frente
esa luz que sin duda de los cielos tomabas.
Oh padre altísimo, oh tierno padre gigantesco
que así, en los brazos, desvalido, me hubiste.

Huérfano de ti, menudo como entonces, caído sobre una hierba triste,
heme hoy aquí, padre, sobre el mundo en tu ausencia,
mientras pienso en tu forma sagrada, habitadora acaso de una sombra amorosa,
por la que nunca, nunca tu corazón me olvida.
Oh padre frío, seguro estoy que en la tiniebla fuerte
tú vives y me amas. Que un vigor poderoso,
un latir, aún revienta en la tierra.
Y que unas ondas de pronto, desde un fondo, sacuden
a la tierra y la ondulan, y a mis pies se estremece.

Pero yo soy de carne todavía. Y mi vida
es de carne, padre, padre mío. Y aquí estoy,
solo, sobre la tierra quieta, menudo como entonces, sin verte,
derribado sobre los inmensos brazos que horriblemente te imitan.

Vicente Aleixandre
Recogido de http://crateres.blogspot.com

domingo, 9 de enero de 2011

Tú eres mi hijo

Tú eres mi hijo,
eres para mí muy querido,
aunque seas pequeño,
porque eres pequeño,
te pareces a mi Hijo.

Eres incondicionalmente amado, ámate:
Yo te acepto, acéptate;
Yo te perdono, perdónate;
Yo te valoro, valórate.

Tú eres mi hijo,
definitivamente amado, no temas;
Yo te protejo, confía;
todo en tu vida es mi regalo, vive agradecido, vive en esperanza;
Yo te voy transformando cada día a semejanza de Cristo,
Mi pequeño Cristo, haz de tu vida un don.

Cáritas. Adaptación

lunes, 3 de enero de 2011

Eres la luz que cura

Tú llamaste a gritos,
y así venciste mi sordera.

Tú resplandeciste como antorcha y ascua,
y así ahuyentaste mi ceguera.

Tú me soplaste como viviente llamada de vida,
y yo empecé a tomar aliento y a respirar ante ti.

Paladeé un poco, y ahora tengo hambre y sed.

Tú me tocaste, y yo me encendí en anhelo de paz.

San Agustín

domingo, 2 de enero de 2011

Él viene, viene, viene siempre

¿No oíste sus pasos silenciosos?
Él viene, viene, viene siempre
En cada instante y en cada edad.
Todos los días y todas las noches.

He cantado muchas canciones
Pero todas ellas decían
Él viene, viene, viene siempre

En los días soleados y alegres Él viene
Y en las noches oscuras y angustiosas, viene.

Cuando mis penas oprimen mi corazón
El dorado roce de sus pies
Es lo que hace que nazca el brillo y la alegría.
Porque Él viene, viene, viene siempre.

R. Tagore