sábado, 31 de diciembre de 2011

Oración para Nochevieja

Señor, antes de entrar en el bullicio y el aturdimiento del fin de año, quiero esta tarde encontrarme contigo despacio y con calma.

Son pocas las veces que lo hago.
Tú sabes que ya no acierto a rezar.
He olvidado aquellas oraciones que me enseñaron de niño y no he aprendido a hablar contigo de otra manera más viva y concreta.

Señor, en realidad, ya no sé muy bien si creo en Ti.
Han pasado tantas cosas estos años.
Ha cambiado tanto la vida y he envejecido tanto por dentro.
Yo quisiera sentirte más vivo y más cercano.
Me ayudaría a creer.
Pero me resulta todo tan difícil...

Y sin embargo, Señor, yo te necesito. A veces me siento muy mal dentro de mí.

Van pasando los años y siento el desgaste de la vida. Por fuera todo parece funcionar bien: el trabajo, la familia, los hijos. Cualquiera me envidiaría. Pero yo no me siento bien.

Ya ha pasado un año más. Esta noche comenzaremos un año nuevo, pero yo sé que todo seguirá igual. Los mismos problemas, las mismas preocupaciones, los mismos trabajos. Y así, ¿hasta cuándo?

Cuánto desearía poder renovar mi vida desde dentro. Encontrar en mí una alegría nueva, una fuerza diferente para vivir cada día. Cambiar, ser mejor conmigo mismo y con todos.

Pero a mi edad no se pueden esperar grandes cambios. Estoy ya demasiado acostumbrado a un estilo de vida. Ni yo mismo creo demasiado en mi transformación.

Por otra parte, Tú sabes cómo me dejo arrastrar por la agitación de cada día. Tal vez por eso no me encuentro casi nunca contigo. Tú estás dentro de mí y yo ando casi siempre fuera de mí mismo. Tú estás conmigo y yo ando perdido en mil cosas.

Si al menos te sintiera como mi mejor Amigo. A veces pienso que eso lo cambiaría todo. Qué alegría si yo no te tuviera esa especie de temor que no sé de dónde brota pero que me distancia tanto de Ti.

Señor, graba bien en mi corazón que Tú hacia mí sólo puedes sentir amor y ternura. Recuérdame desde dentro que Tú me aceptas tal como soy, con mi mediocridad y mi pecado, y que me quieres incluso aunque no cambie.

Señor, se me va pasando la vida y, a veces, pienso que mi gran pecado es no terminar de creer en Ti y en tu amor. Por eso, esta noche yo no te pido cosas. Sólo que despiertes mi fe lo suficiente para creer que Tú estás siempre cerca y me acompañas

Que a lo largo de este año nuevo no me aleje mucho de Ti.

Que sepa encontrarte en mis sufrimientos y mis alegrías.

Entonces tal vez cambiaré.

Será un Año Nuevo


viernes, 30 de diciembre de 2011

Para terminar el año con paz

Diez peticiones de semejanza con Jesús

Jesús haz mi corazón semejante al tuyo:
  • Hazlo limpio, como el tuyo, para que pueda verte.
  • Hazlo humilde, como el tuyo, para que pueda servirte.
  • Hazlo paciente, como el tuyo, para que pueda padecer contigo.
  • Hazlo misericordioso, como el tuyo, para que pueda padecer con los hermanos.
  • Hazlo generoso, como el tuyo, para que aprenda a dar.
  • Hazlo confiado, como el tuyo, para que aprenda a ser niño.
  • Hazlo alegre, como el tuyo, para que sepa consolar.
  • Hazlo fuerte, como el tuyo, para que pueda luchar y resistir.
  • Hazlo encendido, como el tuyo, para que pueda superar la noche y el frío.
  • Hazlo grande, como el tuyo, para que pueda amar.

Cáritas

lunes, 5 de diciembre de 2011

Esperanza nuestra

Qué fácil es esperar
cuando la esperanza es cierta.
Quiero esperarte despierta
pues sé que no tardarás.
Sé, Jesús, que vienes ya,
sé que siempre estás viniendo;
gracias por tantos momentos
en que te siento llegar.
Y cada vez que tú llegas,
cuando siento que Tú estás,
luego crece otra esperanza:
Ven. Señor, no tardes, más.

Esperar
es la fuerza en el camino,
    la luz en la oscuridad,
es crear en nuestro barro
    espacios de eternidad.

Esperar
es saber
    que cuando empieza algo bueno
eso ya no morirá.

Esperar
es dejarte poseer
    por las ganas de luchar,
               de vivir
               y de sembrar.

Esperar
es sembrar en cada surco
    simiente de eternidad
y saber que la cosecha
    alguien la recogerá.

Esperar
es dejarte poseer
    aquí por la eternidad.

Cáritas