lunes, 20 de mayo de 2013

Si conocieras el Don de Dios

Si conocieras el Don de Dios.
Es un Don que reverbera en dones variados,
como pan multiplicado en casa del hambriento,
o fuente que corre en el desierto,
o luz que ciega e ilumina; pero más.

Si conocieras el Don de Dios,
si vieras su belleza y su riqueza,
los tesoros que encierra y se renuevan,
el gozo y la fuerza que proporciona,
siendo nosotros tan pobres; pero más.

Si lo conocieras, dirías: ¡Ven!;
y si de él bebieras, ya nunca tendrías sed: ¡Ven!
te embriagarías, santa embriaguez: ¡Ven!
te encenderías en amor santo –fuego divino-: ¡Ven!

Espíritu Santo, ¡Ven!
Úngeme, alégrame, confórtame: ¡Ven!
Libérame, sáciame, embriágame: ¡Ven!
Enamórame, transfórmame: ¡Ven!

sábado, 18 de mayo de 2013

Secuencia de Pentecostés

Señor del TIempo

Señor del tiempo y del espacio,
recorres Palestina, recorres nuestras calles,
estabas allí, atrás el tiempo,
y estás aquí presente,
tu corazón junto al nuestro,
y tus ojos nos traspasan con santa quemadura.
Estás en el cielo, junto al Padre,
y estás aquí, caminando a nuestro lado,
y estás en los infiernos del dolor y de la muerte.
No estás sentado en el trono de la gloria,
recibiendo alabanzas incensadas, incesantes,
tu trono es el Corazón del Padre,
tu trono es el corazón de cada hermano,
tu trono es el corazón del mundo;
y tú alentando con tu Espíritu el ritmo y el movimiento,
impulsando el orden y todo crecimiento,
en marcha hacia metas superiores,
en ascensiones solidarias,
hasta la comunión siempre soñada y deseada.

Cáritas

lunes, 6 de mayo de 2013

Pastor de nuestro pueblo

Pastor de nuestro pueblo,
nos guiabas
como los viejos pastores guiaban sus ovejas,

¿Por qué no vienes un rato con nosotros?
¿Por qué has de sentarte siempre
sobre tus nubes de querubes blancos?

Ábrenos tu cara luminosa
como nos abre el sol la suya cada día.

¿No ves que estamos comiéndonos las lágrimas
y nos bebemos el llanto de los ojos?

Somos los mismos que sacaste del destierro
y nos plantaste después por todos los países.

Hemos cubierto valles y montañas.
crecimos mucho más que los pámpanos y cedros.
llegamos hasta el mar, más allá de los polos.

Como una viña somos.
¿Dejarás que se acerque el jabalí,
que nos ronden ladrones y alimañas?

Ven con nosotros.
Cuídanos.
Vendímianos con tu mano generosa.
Somos las cepas que plantaste tú,
Las uvas que soñabas,
El vino que solías prometer a tus amigos.

No dejes que vuelvan a talarnos,
que nos roben el fruto en el otoño.

Ven por la tarde a reparar la cerca,
a mirar los racimos,
a sentarte un rato a la sombra de los pámpanos.

 V. M. Arbeloa