Todo mi ser canta al Señor.
Canto y me estremezco de alegría.
No lo disimulo.
Ya no tengo miedo.
Soy feliz, Señor.
¡Tú me has salvado!
El Señor hace morir y hace vivir,
Es dueño de la muerte y de la vida.
Hace que el pobre se haga rico
y que el aplastado se levante.
Levanta al pobre del polvo y aleja del mendigo la pena,
le devuelve la confianza de ser un hombre
entre los demás hombres
y le restituye su dignidad.
F. Chalet
No hay comentarios:
Publicar un comentario