domingo, 21 de abril de 2013

Padre Nuestro

Padre nuestro, que ves nuestro dolor,
nuestro llanto, nuestras dudas, nuestros miedos
a la muerte, a la angustia, a las sombras de la nada,
lo mismo que Jesús en el Gólgota, en el huerto…

Ya sabes que esperamos tus abrazos
y los abrazos vivos de todos nuestros muertos
cuando el mundo dé el salto hacia su cumbre,
cuando venga sobre todos la gracia de tu reino.

Danos el pan de la esperanza cotidiana
y perdona nuestros pasos torcidos
nuestros pasos tan lentos,
que tantas tentaciones y males los retrasan.
Por eso te decimos con gozo y con confianza:
Padre nuestro.

V. M. Arbeloa