jueves, 23 de diciembre de 2010

Pronuncio tu nombre

Dios mío,
pronuncio tu nombre sin poderte poseer
porque eres más grande que el hombre
y más pequeño que una palabra,
más silencioso que el silencio de todo el mundo.
Que esté dispuesto a recibirte,
dame un corazón palpitante
y ojos nuevos
para verte a ti, oculto e invisible,
y para acogerte
cuando te acercas impotente,
para que en mi gran debilidad,
en mi muerte,
sepa quién eres tú.

Huub Oosterhuis

No hay comentarios:

Publicar un comentario