lunes, 27 de diciembre de 2010

Amar y rezar

Un hombre, después de mucho tiempo caminando, llegó al lugar donde vivía un gran sabio. Al recibirle, le pidió encarecidamente:
- ¡Muéstreme el camino hacia Alá!
- ¿Te has enamorado alguna vez de alguien? - preguntó el sabio
- ¿Enamorarme? ¿Que es lo que el gran maestro quiere decir con eso? Me prometí a mí mismo jamás aproximarme a una mujer, huyo de ellas como quién intenta escapar de una enfermedad. Ni siquiera las miro. Cuando pasan, cierro los ojos.
- Procura volver a tu pasado e intenta descubrir si alguna vez, en toda tu vida, hubo algún momento de pasión que dejase tu cuerpo y tu espíritu llenos de fuego.
- Vine hasta aquí para aprender a rezar y no a cómo enamorarse de una mujer. Quiero ser guiado hasta Alá y usted insiste en querer llevarme hascia los placeres de este mundo. No entiendo lo que desea enseñarme.
El sabio permaneció silencioso algunos minutos y finalmente dijo:
- No puedo ayudarte. Si tú nunca tuviste alguna experiencia de amor, nunca conseguirás experimentar la paz de una oración. Por lo tanto, regresa a tu ciudad, enamórate, y vuelve a buscarme sólo cuando tu alma esté llena de momentos felices.
Sólo una persona que entiende el amor puede entender el significado de la oración. Porque el amor por alguien es una oración dirigida al corazón del Universo, una plegaria que Alá colocó en las manos de cada ser humano como un presente divio

LA DANZA DEL CORAZÓN, Sabiduría Sufí

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