Háblame, Jesús, dime
una palabra encendida, pido
un fulgor de tu mirada,
una chispa de tu fuego,
un toque de tu Espíritu
o tu aliento que recrea.
Contágiame de vida, Cristo Dios,
de la tuya, en la tuya
vivifícame, úngeme, gran Ungido,
que exhale tu mismo olor,
y lléname de santa libertad,
la de tu Santo Espíritu.
Resucítame, oh Redentor, y báñame
en tu luz, tu fuego y tu belleza,
sea yo un argumento de tu Pascua,
que lleve noticia a mis hermanos,
y el mundo entero resucite,
contagiado de tu paz y tu alegría.
Cáritas