Quédate, Señor
Quédate, Señor,
que se hace ya tarde,
que el camino es largo
y el cansancio grande.
Quédate a decirnos
tus vivas palabras
que aquietan la mente
y encienden el alma.
Quédate, Señor,
que se hace ya tarde,
que el camino es largo
y el cansancio grande.
Pártenos el pan
de tu compañía,
ábrenos los ojos
de la fe dormida.
Quédate, Señor,
que se hace ya tarde,
que el camino es largo
y el cansancio grande.
V.M. Arbeloa