sábado, 3 de marzo de 2012

Padre

Padre,
me pongo en tus manos.
Haz de mí lo que quieras.
Sea lo que sea te doy gracias.
Estoy dispuesto a todo.
Lo acepto todo,
con tal de que tu voluntad
se cumpla en mí
y en todas tus criaturas.

No deseo nada más, Padre.
Te encomiendo mi alma,
te la entrego con todo el amor
de que soy capaz,
porque te amo y necesito darme,
ponerme en tus manos sin medida,
con infinita confianza,
porque tú eres mi Padre.

Charles de Foucauld