Cada niño que nos nace
es el triunfo del amor,
en el niño que ha nacido
triunfa otro amor, el de Dios.
Cada niño es esperanza,
es una apuesta mejor,
este niño que ha nacido
es la apuesta que hace Dios.
En todo niño que nace
el odio da un paso atrás,
pero el niño que ha nacido
lleva por nombre la Paz.
Belén madura de espigas
por un sol de caridad,
el niño Dios que ha nacido
ha de convertirse en pan.
En todos los nacimientos
la bondad es una lluvia,
en el niño de María
llueve de Dios la ternura.
¿Y qué será de este niño,
decimos con inquietud?
Pero el niño que na nacido
lleva por nombre Jesús.
En Jesús Yahveh nos salva,
de victoria es la señal,
¡la Salvación ha nacido!
Di Jesús, te salvarás.