Y yo… Jesús, no veo en mi redor
ningún monte tan alto
en el que
logre
encontrarme, por fin, solo con Vos:
el mundo me envuelve con su red
dondequiera que vaya
o esté
o ponga mi mirada;
y pobre como yo no hay nadie,
nadie
que estando en la desgracia no sepa lamentarse,
que no sepa pedir cuando el hambre le muerte,
que teniendo dolor no se sepa explicar
para hacer comprender cuanto le duele.
Ay, enseñadme, pobre de mí,
cómo debo
rezar
Francisco Carrasquer