La fe no es algo que podamos producir.
No debemos obligarnos a tener fe: no sería fe en absoluto,
sino un ficticio intento de forzarnos a creer.
La fe es un don que se le regala a quien se expone a la compañía de Dios.
Cuando más trates con Dios, más fácilmente comprobarás
que nada hay imposible para Él.
Entonces te convencerás de que
Él puede hacer de las piedras hijos de Abraham.
Entonces te convencerás de que
también puede transformar fácilmente
tu propio corazón de piedra;
y en el momento en que dicho convencimiento se afiance,
en ese momento
comenzará a producirse el cambio en tu corazón.
Anthony de Mello en "Contacto con Dios"