En mi silencio ante Ti, Señor,
quiero aprender a creer.
No me debes ninguna respuesta
¿Cómo podría atreverme
a quejarme de ti,
a cuestionarte
sobre las cosas y los caminos
que hoy
tampoco son tan importantes?
Dirige mi mirada en la fe
a la realidad
planeada por Tí
lejos de mis ilusiones
mis sueños e ideas
lejos de mi misma
y mis preocupaciones.
Marianne Kawohl
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