Yo soy amor y del amor camino;
soy blanca nave del sagrado puerto;
por mí, postrado en el peñón desierto
canta el asceta su triunfal destino.
Soy consuelo del triste peregrino
que cruza el mundo, de pesares yerto;
soy árbol santo del eterno huerto;
rosa bendita del rosal divino.
Sin mí, la pena se desgarra y llora;
sin mí, el dolor sus amarguras vierte;
sin mí, el sepulcro con furor devora.
Aspirando mi luz, el alma es fuerte;
la pena se hace amor; la noche, aurora;
la tumba, claridad; faro, la muerte.
Bernardo López García en ORAR 204
No hay comentarios:
Publicar un comentario