domingo, 11 de abril de 2010

La Fe

Yo soy amor y del amor camino;
soy blanca nave del sagrado puerto;
por mí, postrado en el peñón desierto
canta el asceta su triunfal destino.

Soy consuelo del triste peregrino
que cruza el mundo, de pesares yerto;
soy árbol santo del eterno huerto;
rosa bendita del rosal divino.

Sin mí, la pena se desgarra y llora;
sin mí, el dolor sus amarguras vierte;
sin mí, el sepulcro con furor devora.

Aspirando mi luz, el alma es fuerte;
la pena se hace amor; la noche, aurora;
la tumba, claridad; faro, la muerte.

Bernardo López García en ORAR 204

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